10 Razones para Valuar su Empresa

En distintas ocasiones hemos abordado en las publicaciones mensuales, el capítulo de la Valuación de Empresas en marcha. En la mayoría de los casos hemos hecho referencia a este tema desde el punto de vista más técnico y explicativo de cómo se valúa así como de la mecánica de la valuación.

Trataremos en esta ocasión un aspecto mucho más práctico, como es el responder a la pregunta ¿Por qué debo valuar mi empresa?

A continuación listamos algunas de las razones más comunes que llevan a los empresarios a tomar la decisión de valuar su empresa, y estas van más allá del simple hecho “matar la curiosidad” de saber el valor del patrimonio de quizás más de una generación.

1.- Conocer el valor de la empresa, de sus líneas de negocio y distintos activos – Al valuar una empresa, se puede realizar una valuación por separado de cada una de las líneas de negocio que probablemente tenga la empresa (p.ej. maquila vs. venta con marca). También puede ser conveniente discriminar entre el valor de la fábrica, la distribución o distintas geografías, teniendo en cuenta siempre costos de transferencia. Hacer esto permite tener mayor certeza de qué área del negocio está generando más o menos valor.

2.- Adelantarse a cualquier posible oferente que un día pudiera “tocar la puerta” – En ocasiones, un empresario puede ser contactado por un competidor o lo que es más frecuente, uno de los grandes operadores de su industria con objeto de explorar si hay interés del empresario en vender su negocio. El empresario, probablemente desconoce en ese momento el valor de su empresa. No tener actualizado el valor de su empresa, pone al empresario en riesgo de rechazar una buena oferta o de aceptar una mala.

3.- Asegurar una sucesión accionaria sin sobresaltos – Todas las empresas privadas, sin excepción, van a tener en algún momento de su vida un evento de sucesión accionaria. Es muy probable que en segundas y terceras generaciones, la sucesión sea compleja. Es imprescindible saber el valor de la empresa y cada una de sus líneas de negocio.

Como parte de lo anterior, la gestión de herencias o decisiones como la recompra de acciones a algún familiar, requieren que exista una valuación actualizada y que preferentemente se haya realizado durante varios años, siempre bajo la misma metodología.

4.- Estar mejor preparado para tomar decisiones de inversión a futuro – Las empresas hacen recurrentemente inversiones y muchas de ellas tienen como objeto el buscar un crecimiento futuro. Ya sea decisiones de inversión en activos, nuevas instalaciones, o invertir en rutas de distribución, se debe tener en cuenta la valuación total de la empresa. De esta forma, tendrá sentido priorizar aquellas inversiones que según la valuación de la empresa, van a generar más valor a futuro. Si una parte del negocio podría pagarse en el mercado a mayor precio que otra, a priori, deberíamos pensar en dar prioridad al negocio que genere mayor valor.

5.- Tomar mejores decisiones de crecimiento no orgánico – La compra de un competidor, o una integración vertical u horizontal en un determinado sector, va a dar notables beneficios a la empresa adquiriente, como una mejor participación de mercado, capacidad para negociar mejores precios a lo largo de la cadena de valor con clientes y proveedores, sinergias administrativas u operativas, mejores prácticas, etc. Sin embargo, parte de las virtudes de una valuación es el definir qué lineamientos debe tener la empresa de cara a su política de adquisiciones.

El precio que se va a pagar en principio debe tener relación con el precio que el adquiriente está dispuesto a pagar. Si compramos por debajo del precio (medido como múltiplo de EBITDA por ejemplo) al cual está valuada nuestra empresa, casi con seguridad estaremos creando valor además de las sinergias que pudiéramos encontrar, el posible crecimiento de mercado, etc.

6.- Saber cómo mejorar el valor de la empresa para una venta futura – Fruto de la valuación pueden identificarse áreas de mejora para la empresa. Estás corresponden a acciones concretas que la empresa debería emprender para corregir algunos puntos que le están restando valor. Hacer una valuación a tiempo puede permitir a la empresa el maximizar su valor cuando llegue el momento de la venta o para estar mejor preparados para realizar alguna adquisición.

7.- Para obtener una opinión cualificada de la razonabilidad de las estrategias marcadas a futuro – En ocasiones, las empresas diseñan presupuestos difíciles de cumplir y soportados en ideas de crecimiento más que en proyectos concretos. Además, en muchos casos las empresas no dimensionan cuánto les está costando ese crecimiento sobre el valor total de la empresa. Durante el proceso de valuación se pueden identificar y corregir aspectos de las estimaciones a futuro que están alejadas de la realidad de la empresa.

8.- Desarrollar un plan de Stock Options dentro de la empresa – Algunas empresas buscan implementar planes de reparto de acciones a empleados, como forma de retribución y de motivación. Realizar una evaluación completa de la empresa es lógicamente un paso imprescindible para determinar el plan de reparto o venta de acciones.

9.- Mejorar la capacidad de financiamiento – En ocasiones, las empresas requieren financiamientos elevados para llevar a cabo algunos proyectos de crecimiento y requieren renegociar los términos de la deuda ya contraída o incluso restructurarla.

Las proyecciones financieras incluidas en una valuación, permiten una negociación con las instituciones financieras, con base en un ejercicio realista de proyecciones futuras. Esto permite mejorar la toma de decisiones entorno al apalancamiento que permite la empresa.

10.- Venta de la empresa – Es evidente que no se puede vender algo si no se sabe su valor.

Una valuación es el paso previo antes de comenzar un proceso de venta ordenado. El empresario haría bien en valuar su empresa independientemente de su voluntad o no de vender la compañía por las razones antes expuestas. Pero definitivamente si la venta es una opción que pudiera considerar a futuro, la valuación es algo que no debe dejarse para el último día pues cuanto antes se haga, mejores opciones habrá para maximizar el valor de la empresa al momento de la venta.

La valuación de una empresa en marcha es un proceso de mucha comunicación entre el Asesor y la Empresa en el que el asesor entrega a los accionistas de la empresa información depurada y muy útil para la gestión futura de su negocio y la maximización de su patrimonio.

CASO ZIMMA

Recientemente, un empresario mexicano, nos asignó el mandato para valuar su negocio. La Empresa X es una empresa de renombre en su segmento en México y con un negocio complementario en Estados Unidos, de buen tamaño y mucho potencial.

El motivo principal para realizar la valuación era para estructurar un Stock Option Plan. También existía la inquietud por parte del propietario de validar la razonabilidad y bondad de ciertos ofrecimientos que se le habían hecho en el pasado, por parte de algunos inversionistas interesados en adquirir la empresa.

ZIMMA realizó la valuación dando motivos del porqué de cada una de las variables y criterios que había empleado, así como explicando el significado de la valuación de La Empresa X “as is” (es decir, tal cual se encontraba) y lo que podía esperarse del valor de mercado si ésta sometía a varios oferentes a un proceso de competencia.

Como fruto de la valuación, la empresa tuvo no sólo un valor objetivo sino que se hicieron críticas al plan estratégico de la compañía con sugerencias sobre cómo asegurar que éste contribuyera de mejor manera a maximizar el valor. En concreto con base en el análisis de costos de transferencia, se determinó qué unidad de negocio estaba generando el mayor porcentaje de EBITDA y se examinó el riesgo que tenía la compañía por su concentración hacia un producto y un cliente.

Adicionalmente se revisó el plan de Stock Options.

Sergio Lipuzcoa