Por así convenir a los intereses de BHX internacional, la misma, inició un proceso de compra de su subsidiaria en México que funcionaba en forma independiente en cuanto a su capital, habiéndose requerido en ese momento por parte de los accionistas, el apoyo de un asesor financiero como ZIMMA para ayudarlos en dicha transacción.

Siendo una compañía relativamente pequeña y con poca fuerza de negociación ante la casa matriz, fue esta una transacción particularmente complicada, pero que logró llevarse a cabo con éxito después de negociar directamente en Madrid y en Londres con los diversos funcionarios de la empresa.