Siendo varios los familiares accionistas de esta empresa, uno de ellos solicitó el que sus acciones fueran compradas por los demás accionistas, para lo cual todos estuvieron de acuerdo en contratar los servicios de un tercero, que fijara el precio correcto de las acciones.

Después de haberse intentado este proceso con tres despachos independientes, el accionista interesado contrató los servicios de ZIMMA, para llevar a cavo nuevamente este proceso, mismo que se llevó a cabo con éxito con el beneplácito de todas las partes involucradas.