¿Cómo está México de cara al 2014?

En noviembre del 2012 publiqué una nota en la que se veía un panorama muy prometedor para México en el 2013 y en los años subsecuentes. Doce meses después podemos concluir que el panorama sigue siendo prometedor y que México tiene un potencial excepcional, pero que la realidad por la que está pasando México, con una considerable desaceleración económica, deja muchas dudas y genera gran incertidumbre.

En este artículo, analizaremos cuatro temas claves sobre la economía de México, para posteriormente cerrar con algunas conclusiones sobre las acciones que, como empresarios, tendremos que tomar ante estos escenarios.

Los cuatro temas claves sobre la economía mexicana son:

1) Estabilidad macroeconómica de México.2) Potencial de México dado su bono demográfico.

3) Efectos de la transición del gobierno federal en el crecimiento económico.

4) Importancia de la reforma energética.

1. Estabilidad macroeconómica de México:

En años recientes, México se ha distinguido por la solidez de sus finanzas públicas lo cual se comprueba a través de sus principales variables macroeconómicas.

La deuda pública bruta de México está por debajo del 45% del PIB, mientras que la de Brasil está en 65% y países Europeos como España e Italia están por arriba de 100%. El peso mexicano es la moneda con mayor volumen operado dentro de las economías emergentes y lleva más de 12 años en el que el tipo de cambio real vs. el dólar americano se ha mantenido prácticamente estable.

Las reservas internacionales se ubican en su máximo histórico y la inflación lleva desde el 2002 estable en un rango entre 3.0% y 5.0%. La expectativa a futuro es que la inflación seguirá también estable.

Toda esta estabilidad macroeconómica le da certeza a los inversionistas tanto nacionales como extranjeros, promoviendo así la inversión en nuestro país. Esta inversión debe de generar nuevas fuentes de empleo, reducir la pobreza y empezar a generar una derrama económica positiva en la economía.

2. Potencial de México dado su bono demográfico:

Durante las últimas seis décadas, la población de México se cuadriplicó y aumentó la edad promedio de 23 a 29 años. El cambio en la estructura poblacional ha resultado en una disminución de la razón de dependencia (la población dependiente comprende las edades de 0 a 14 años de edad y de 65 o más años). La proporción de la población ocupada, respecto a la población en edad de trabajar, ha aumentado ligeramente, como resultado primordialmente de la mayor participación de la mujer en el mercado laboral.

Esto significa que hoy, alrededor del 70% de los 112 millones de mexicanos están en edades productivas y se espera que año tras año entren al mercado laboral más de 1 millón de jóvenes.

Esta cantidad de personas económicamente activa representa un potencial gigantesco para el crecimiento de México, ya que, si estas personas que entran a la plantilla laboral logran conseguir un empleo bien remunerado generarán un círculo virtuoso traduciéndose directamente en el crecimiento económico nacional. Pero si en cambio, estas personas no consiguen emplearse, se volverán un peso para el resto del país, deteniendo su crecimiento y pudiendo incluso causar revueltos civiles con implicaciones catastróficas.

Para poder emplear a esta nueva plantilla laboral, se requiere que estén capacitados, desgraciadamente, la calidad educativa en México es muy pobre y nos pone por debajo del promedio mundial en las principales variables a nivel Primaria, Matemáticas y Ciencias.

Por lo que la planeación, de cara al crecimiento, tiene que venir acompañada con un plan muy sólido en educación, fomentando principalmente el desarrollo de carreras universitarias y carreras técnicas en las áreas en las que México es ya más competitivo.
México ha creado un “cluster” importante en la industria automotriz, aeroespacial y de manufactura para exportación, y es imperativo que se sigan desarrollando estas habilidades. También es de singular importancia entrenar a gente que trabajará en las industrias de mayor potencial, por ejemplo, el sector energético.

Para garantizar el crecimiento del país, se tiene que aprovechar que alrededor de 2 millones de personas entrarán al mercado laboral anualmente durante los siguientes 20 años.

3. Efectos de la transición del gobierno federal en el crecimiento económico:

El gasto ejercido por el Gobierno Federal, en los primeros 9 meses del 2013, es inferior en 23 mil 840 millones de pesos en relación con el programa original que aprobó el Congreso. En particular, los ramos administrativos, es decir, las Secretarías de Estado
y demás dependencias presentan un atraso de recursos de 29 mil 800 millones de pesos.

El subejercicio en el gasto público, combinado con el foco del gobierno federal en pasar las reformas estructurales (haciendo a un lado la operación diaria del gobierno), han hecho que México sufra una desaceleración considerable.

Adicionalmente, el volumen del total de la producción industrial sufre una baja empezando en Dic’12 y terminando en Mar’13.

Esta baja es generada por el problema estructural del sector construcción, donde todos los sectores de la construcción (Edificación, Infraestructura y Trabajo Especializado) sufren una reducción de alrededor de 20 pb. Afectando así a otros sectores de la economía.

Como sociedad tenemos la responsabilidad de monitorear de cerca a los gobernantes y asegurar que ejerzan el gasto público y que al gastar lo hagan eficientemente, hacia los sectores más necesitados. El sector de la construcción en México necesitaba de un fuerte contrapeso para evitar que tuviera una caída tan drástica y el gobierno federal tuvo que haber tomado medidas para reducir esta caída que ha afectado a muchos otros sectores.

Esta responsabilidad la ejercemos en las elecciones de nuestros gobernantes y manifestando nuestra inconformidad ante las personas que elegimos.

4. Importancia de la reforma energética:

México se ha caracterizado por ser un país exportador de petróleo pero esta fortaleza está por terminarse. Como ejemplo basta ver la situación de nuestro principal socio comercial, Estados Unidos, quién siendo un país importador de petróleo, en 2012 superó a Arabia Saudita en la producción del mismo.

Dadas las condiciones actuales (pre – reforma energética) a PEMEX le tomaría entre 30 y 100 años explotar el potencial de hidrocarburos en el subsuelo mexicano. Según la ley de ingresos del 2014, gran parte del gasto social (presupuesto federal), depende del Derecho Ordinario Sobre Hidrocarburos. Y sacar a Pemex del presupuesto federal no tomará un sexenio, sino una GENERACIÓN.

Por ejemplo, para reducir en un 30% el Derecho Ordinario Sobre Hidrocarburos (DOSH) en el presente sexenio, habría que llegar a 2018 con un IVA promedio de 21%.

Es por esto que México, teniendo los hidrocarburos, pero sin tener las capacidades técnicas y financieras para explotarlos, necesita de una reforma energética que promueva la inversión extranjera directa (IED) en este sector. Por ejemplo, Colombia tiene una economía mucho menor y su Inversión Extranjera Directa es 25% mayor, si México pudiera captar el mismo % del PIB que Colombia gracias a una reforma energética bien formulada, estaría recibiendo de 3 a 4 veces más IED que lo que recibió en 2012.

Conclusiones

A pesar de que la economía mexicana cuenta con sólidos fundamentos macroeconómicos, ésta se ha desacelerado debido a una serie de factores adversos, tanto internos como externos.

Las revisiones a la baja en los pronósticos de crecimiento del PIB para 2013 ponen al país en situación de urgencia. Dadas las condiciones actuales, durante los próximos años difícilmente se puede esperar que la situación económica mundial mejore a tal grado que lleve a que la economía mexicana crezca por arriba de 3.0%.

El nivel de crecimiento actual es insuficiente para reducir la tasa de desempleo a niveles comparables a los previos a la crisis, para crear empleos mejor remunerados y para abatir la pobreza de manera acelerada y sostenible.

De ahí el imperativo de aumentar la tasa de crecimiento potencial del PIB del país por arriba del 5.0% en el mediano plazo. Esto sólo se logrará si suceden dos cosas básicas:

  • Si se logra pasar exitosamente una Reforma Energética progresista.
  • Si canalizamos a través de la educación a la nueva fuerza laboral hacia los sectores de mayor potencial.


Para esto, necesitamos como empresarios mexicanos salir de nuestra área de confort y exigir cuentas a nuestros gobernantes, tanto en la recaudación, como en el uso eficiente del gasto público. La fortaleza de una democracia radica en que el gobernante sepa
que si no hace bien su trabajo, este trabajo ya no estará ahí disponible para él.

Alejandro Rocha Bracamontes
Fuentes: Banxico, IMCO, IMEF,ANTAD, Banco Mundial, The Economist.