Habiendo entrado la empresa en una crisis financiera a raíz de los problemas económicos del país de 1982, solicitó la participación de Citi Bank para capitalizar a la empresa y lograr con esto la reestructura de su deuda.

Fondeado con papel del gobierno mexicano, el banco invirtió US $100 millones, captando una participación accionaria menor al 20% de la empresa.

Los ejecutivos que negociaron esta transacción, representaron al banco durante varios años en el consejo de FEMSA. La empresa posteriormente recompro al banco sus acciones con altos beneficios para ambas instituciones.