La importancia del consejo de administración en la empresa

Es sorprendente ver la cantidad de empresas que carecen de un Consejo de Administración formal. Existen otras, las cuales si cuentan con un Consejo, sin embargo éste parece ser la junta operativa de la empresa, donde todos los presentes son empleados o ejecutivos de la misma empresa. Más grave aún es el Consejo donde el dueño es el Presidente del Consejo y los integrantes son parientes sin preparación profesional ni experiencia en el manejo de negocios.

Un Consejo de Administración debería de ser el máximo órgano de administración de una empresa, además de sus accionistas. Las reuniones con el Consejo deben de ser una oportunidad para comentar los sueños, realidades, oportunidades y los retos de la empresa.

Las personas que han tenido la fortuna de tener la experiencia de fundar una empresa exitosa, o que siendo la segunda generación hacen crecer el negocio, saben que el tener a un grupo de Consejeros profesionales, confiables, preparados y comprometidos le da a la organización una fuerza y una vitalidad extraordinaria que requieren para el futuro.

Las empresas que carecen de, o usan su Consejo para otros fines, están desperdiciando la oportunidad de recibir sugerencias, escuchar opiniones diferentes, y conocer otras maneras de dirigir una empresa.

¿Qué es un Consejo Administrativo?

Según Luis Ramón Carazo, Profesor de Asignatura del ITAM, “el Consejo de Administración es un órgano de cuerpo colegiado de representación, cuya función primordial es vigilar el cumplimiento de las decisiones de los accionistas, así como realizar las actividades necesarias con el fin de supervisar una buena gestión, conducción, control y ejecución de los negocios de una sociedad.“

¿Cuáles deberían de ser las responsabilidades de un Consejo Administrativo?

  • Aprobación de las estrategias generales de la compañía y el desarrollo del Plan Estratégico.
  • Control de la ejecución y consecución de los objetivos estratégicos.
  • Establecimiento y control de los presupuestos de la compañía y sus proyecciones financieras.
  • Creación de los mecanismos adecuados para obtener una información de gestión veraz, de calidad y en tiempo.
  • Toma de decisiones sobre inversiones importantes o enajenación de activos.
  • Operaciones que modifiquen la sociedad (compraventa, fusión, adquisición, etc.)
  • Control y supervisión de la labor de los altos directivos.
  • Aprobación de alianzas estratégicas de cualquier rango (comercial, societario, etc.).
  • Establecimiento de la política de retribuciones de los altos directivos.
  • Establecimiento de la política de comunicación e información a los accionistas.


En México, los Consejos que cumplen con estas responsabilidades son la minoría. Estamos hablando o de empresas públicas o empresas de gran envergadura con diversos accionistas y no son representativas de los Consejos de la mayoría de las empresas mexicanas.

¿Cómo seleccionar un Consejo de Administración?

En algunas ocasiones los Consejeros representan a un inversionista o grupo de inversionistas externo. Sin embargo, es más común encontrar Consejeros donde estos son amigos o parientes. Lo importante es que los dueños o la administración de la empresa busquen y sepan escoger de entre sus allegados gente que complemente sus habilidades, y donde exista la oportunidad de compartir experiencia y conocimientos en beneficio de la organización.

En las ocasiones en las que la administración de la empresa tiene la capacidad de sumar los conocimientos y experiencia de los Consejeros a sus propios conocimientos y experiencias se puede dar una verdadera sinergia que le dará grandes ventajas a la empresa. Esto sucede en la mayoría de las empresas exitosas. El resultado son ideas, conceptos y oportunidades que la administración sola no puede reconocer en muchas ocasiones por ceguera del mismo negocio, o simplemente por falta de tiempo.

¿Qué lineamientos seguir para aprovechar de la manera correcta un Consejo Administrativo?

  • Los puestos de Consejero no deben ser eternos. Las empresas van cambiando y las necesidades de la empresa también van modificándose. No es lo mismo ser Consejero de una empresa en crecimiento, que ser lo mismo en una empresa que se está vendiendo.
  • La información que se va a presentar en las reuniones de Consejo debe ser compartida por anticipado, con suficiente tiempo como para poder leer, y estudiar y deliberar sobre aspectos o temas importantes.
  • La información que se le envía a los Consejeros debe de llevar un formato consistente y claro y debe ser información indispensable. El mandar demasiada información no es lo mismo que mandar la información necesaria.
  • El tiempo y periodo de las reuniones de Consejo deben ser regulares y sistematizado con base en los temas a tratar. Se debe contar con una minuta de la junta anterior, tiempo para hacer aclaraciones de dudas de los Estados Financieros y una actualización sobre el desarrollo de planes estratégicos. Adicionalmente deberá haber reportes sobre puntos pendientes de las juntas anteriores.
  • La reunión de Consejo no es un lugar para sorpresas. Es un espacio donde el mejor uso del tiempo de todos es llegar informado, y preparado para hacer sugerencias y tomar decisiones.


Conclusión

El tener un Consejo es de gran utilidad para las empresas de cualquier tamaño. Nos ayuda a tener acceso a ideas, conceptos y metodologías nuevas y diferentes. Nos ayuda a cuestionar nuestros conocimientos y nuestras decisiones, y nos enseña a ver mas allá de lo que ya conocemos. Mas que nada es “el lugar” para platicar y definir las ruta estratégica que deberá tomar el negocio en el futuro.

El empresario tiene todo que ganar y nada que perder al tener un Consejo de Administración. Más que nada (valga la redundancia) nos permite tener acceso a “consejos” de parte de individuos con otras experiencias, otras capacidades, y otros conocimientos. Al final del día, el Dueño o Presidente de la empresa tiene la opción de aceptar y tomar esos consejos o de ignorarlos.

Larry Newell